El consumo de fentanilo ilegal procedente del narcotráfico está generando una auténtica ola de autodestrucción entre las poblaciones vulnerables, provocando muertes por sobredosis y amputaciones de miembros. También escenas escalofriantes de personas ausentes y sin control de sus movimientos más básicos que circulan cada vez más por las redes sociales. Pero lo ha generado en Estados Unidos; la situación en España y en Europa es harina de otro costal.