Las drogas están prohibidas, pero la gente las consume. Sobre todo en festivales de música y fiestas donde el consumo se percibe como parte de la experiencia del baile, del gozo y de la alteración del cuerpo y la consciencia. El problema es que en medio de un mercado clandestino, que se mueve bajo la prohibición y la ilegalidad, encontrar constancia en la calidad y la oferta de sustancias no es sencillo. |