El proyecto piloto durará tres años y se pondrá en marcha en Columbia Británica, la provincia más golpeada por la epidemia de opiáceos. Será tolerado un máximo de 2,5 gramos de sustancia.
Un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Neurociencias ha demostrado que el cannabidiol –uno de los compuestos de la planta del género Cannabis– podría ser «útil» para tratar las alteraciones asociadas al trastorno de espectro alcohólico fetal (TEAF).