En los últimos años se ha argumentado que Guatemala está por irse en un narcoestado o que incluso ya lo es. Me parece que tal afirmación, severa que lo es, requiere de un poco más de análisis más allá de la evidencia anecdótica a la que se suele recurrir. Catalogar a un país como un narcoestado no es poca cosa, dicha afirmación tiene implicaciones drásticas tanto internas en nuestra sociedad como externas ante la comunidad internacional. Además, utilizar los conceptos sin ninguna rigurosidad técnica o académica impide que dichos conceptos sean útiles para evaluar o comparar fenómenos políticos y sociales. |