Desde el Ministerio se sigue insistiendo en que no hay estudios científicos que avalen que el uso de los cigarrillos electrónicos ayude a dejar de fumar.
Prohibido como aditivo alimentario, un informe en «JAMA» asegura que está presente a niveles relativamente altos en algunos líquidos de los cigarrillos electrónicos y productos de tabaco sin humo.